CAFÉ A SOLAS

Y que al final del día la compañía está sobrevalorada, que a veces se disfruta más una cena a solas, un postre sin compartir, una vida donde las aventuras son solo tuyas donde la complicidad contigo mismo lo supera todo.

Una taza de café por favor, y no dejé que quede vacía...

Que si aquella taza que disfrutas solo, implica la calidez de la vida misma  y que si esos aromas son las emociones con las que convergen día a día, no está de más pedir más, querer saciarte de ella, optar por enamorarte de un vacío que permanece lleno y encontrar en esa soledad la mejor de las compañías.

Enchiladas de champiñones por favor...

Cené vida porque la que tenía del almuerzo se esfumó muy pronto, tuve cosas buenas durante el atardecer, no, no todo fue bueno algunas dolencias surgieron pero hasta de ellas me alimente, pero para la cena me hacía falta más; le llamé, sedi al impulso de la compañía, conversamos por teléfono, creo que recordé cuando nos enamoramos, colgué; también recordé cuando nos separamos.

Quiero un postre, aún tengo hambre...

No me ha bastado la cena, pues las dichas fueron pocas, quiero cerrar el día bien, quizás un paseo en bicicleta a media noche, un saludo a un desconocido y un instante de soñar despierto.

Me sentí escritor, medite, recordé y me dolio tanto que volví a sentir, las nostalgia adereza bien las noches, una lágrima se desbordó; fresas con crema algo dulce para el paseo de medianoche.

Más café, la noche aún no termina...

Pienso si al pedir la cuenta después de 7 tazas de café dolerá el bolsillo o más el saber que me tengo que ir.

No me des la cuenta vida, que tí me gusta alimentarme, incluso si a veces me das asco sigo disfrutando tus platillos.