Se que en algún punto de mi vida deberé detenerme, pero ese momento no ha llegado aún...
"La postmodernidad ya no sirve para definir el momento actual de las sociedades liberales. Estamos en un momento histórico donde no existen sistemas alternativos al presente y donde el mercado ha impuesto su ley. Es el momento de la hiper-modernidad sin oposición alguna, sin normativa o regulación y que tiene el estatus de global." Lipovetsky
La vida diaria del hombre hipermoderno se mantiene de conceptos que han perdurado a través de los años, en el presente ensayo destacare los puntos que considero esenciales enmarcar para entender un poco a este nuevo sujeto hipermoderno.
Según las aportaciones de Gilles Lipovetsky filósofo y sociólogo francés la hipermodernidad vendrá acompañada de un hiperindividualismo y ambos se enfrentarán con la ambigua concepción de la postmodernidad, para entender mejor el termino hipermodernidad entendamos, que se refiere a lo que supera a lo moderno, esto es lo que indica el termino "hiper (Del griego ὑπερ-).
Ahora, entendiendo este concepto entremos en materia...
"Aquí, en esta nueva era a la que hemos llegado, el estar junto a la persona que amamos nos da el sentido de lo que es vivir. He tenido vida por mucho tiempo, pero al verle a los ojos y sentir que mi corazón acelera el ritmo de sus latidos, solo ahí entiendo lo que realmente es vivir y solo de ahí logro entender, esta era de hipermodernidad".
Hace unos días una pregunta llego a mi mente, ¿Por qué tantas personas dejan de sonreír por los problemas y yo aún conservo mi sonrisa?, la respuesta llego a mí de la misma forma que la pregunta, sin esperarla, tan solo al ver segundos más tarde a la persona que amo y mi corazón incrementó su palpitar mientras sus labios se dirigían a los míos.
Considero adecuado ver esta nueva era, “la hipermodernidad”, desde la perspectiva del amor, y nadie mejor que un enamorado para describirla, es por ello que me explico mediante mi propio discurso amoroso.
Roland Barthes en su libro “El discurso amoroso” (1993) dice: "las palabras no son jamás locas (a lo sumo son perversas), es la sintaxis la que es loca."
De aquí parto con tres latidos esenciales:
En palabras de Barthes (1993), “Incluso el amor se administra, pero de distinta forma; el sujeto constituye su conocimiento a medida que actúa con la realidad, mediante la acumulación y la asimilación”.
En una realidad donde los medios intentan dominar e impulsan al consumo, ¿Qué gobierna?:
El criterio del enamorado se ve influenciado por los medios, pero recurre cada vez más a sus propios recursos para construir una identidad coherente con el mismo(Thompson, 1998), Gilberto Giménez (2005) menciona que la identidad es apropiación y que se define primariamente por sus límites y no por el contenido cultural que marca o fija esos límites, pero el amor no conoce de límites.
Tal como un lector, el enamorado toma lo que desea, es un cazador furtivo (De Certau, Michel 2000), pero que es gobernado por una identidad romántica; al llegar a tiendas, no lo seduce lo bello que es algo, el hecho de que una u otra cosa sea de la marca oficial de un equipo o algo promocionado por un ente publico , ¡no!, la seducción en el enamorado no es similar a la que Lipovestky (2008) menciona al decir “el placer narcisista a expresarse para nada”; el enamorado no compra por sentirse bien.
Si bien es cierto que las actitudes hacía el amor cobran importancia al ser ejecutadas y que el amor es egoísta, el enamorado sigue sus propios fines egoístas, pero es un egoísmo diferente al malicioso que usualmente se entiende por el término, el sentimiento que lo domina puede ser o la pasión o la cautela.
Tomemos como pasión el riesgo, y como cautela la seguridad; cuando nos acabamos de enamorar la pasión nos gobierna y compramos todo lo que podemos con la finalidad de hacer feliz a la otra persona, realmente no importa el objeto, importa el detalle, importa el ver la sonrisa en su rostro al ver que su novi@ le ha regalado algo.
Este es el egoísmo "bueno" uno mejor explicado por Jorge Bucay, este ente egoísta en el que el enamorado se transforma obtiene placer al ver el placer del ser amado.
Está de más entonces, si un gran futbolista le hizo o no la propaganda al cereal, lo que importa es quien nos lo da, nuestro actuar en el consumo es entonces marcado por la necesidad de demostrar a la persona que amamos que nos interesa, pero en ocasiones, no tenemos la necesidad siquiera del consumo, nos basta entonces con caminar, ver una flor y cortarla para esa persona especial, no gastamos, y aun así obtenemos felicidad, una que no es hedonista.
Es importante mencionar la nueva interpretación de los costos, tómese entonces a la triada propuesta por Ricoeur, P. (2007) , comprensión, explicación e interpretación, explicamos a la rosa, como una flor, algo de origen vegetal, roja, tallo verde, la comprendemos como algo que nos es dado cuando se nos aprecia; pero la interpretación no se queda ahí.
La rosa roja, semiológicamente es amor, representa pasión, riesgo, las espinas representan dolor, el tallo un camino y los pétalos son el amor, la recompensa; podría decir entonces, que la rosa roja es la representación de que “para amar se sufre, pero siempre hay una recompensa”, sin embargo esa interpretación es alejada del yo.
En vista del enamorado, la rosa es alegría, es dulzura, es romanticismo, es caballerosidad, es pasión, es una parte del corazón de quien nos ama, al estar enamorados nuestra interpretación olvida la explicación y la comprensión, se salta esos pasos porque es gobernada por el sentimiento de nuestro pecho.
Mencione que la economía del enamorado se guiaba por cautela y pasión, ya he explicado la pasión en el consumo, ahora, la cautela:
La cautela es el punto en el cual nos dejamos llevar , por lo que los medios nos dicen que debemos comprar, esto es un bullying mental, la agenda Setting (1972) hace mención de ello, “un punto donde los medios nos influyen para determinar que es o no de interés”, para el enamorado todo es de interés, pero cuando la cautela nos gobierna optamos por ver lo que aparece en novelas, en comerciales, en revistas.
El enamorado ya no compra por comprar, ahora analiza un poco más, la pasión ya no gobierna su mente y se da cuenta que tal vez una rosa no impacte tanto al ser amado como un teléfono celular, como un abrigo de marca, como los tenis del comercial de aquel futbolista, ahora su compra ya no es por felicidad, es por impacto, compra no únicamente con el afán romántico de ser cursi, de dar las cosas de manera dulce, lo importante en la cautela es obtener asombro, ya no vale, el romanticismo, lo que importa es la seguridad de que ese es el regalo ideal, ahí el enamorado se guía no por lo que produce dulzura si no por lo que cuesta más.
Sin embargo, al final sea pasión o sea cautela todo gira alrededor del amor, porque gastamos como locos o cautelosamente pero todo con la finalidad de demostrar que amamos de una manera muy nuestra, porque para el enamorado después de conseguir el regalo, el sitio, los boletos, la función, etc., lo primordial es decir, todo vale pena por ti.
[…Enfrentando a la aventura (lo que me ocurre) no salgo de ella ni vencedor ni vencido: soy trágico. (Se me dice este tipo de amor no es viable. Pero ¿cómo evaluar la vialidad?, ¿Por qué lo que es viable es un bien?, ¿Por qué durar es mejor que arder?...] Joseph Von Schelling, F. W.
[…El lenguaje es una piel, yo froto mi lenguaje contra el otro. Es como si mi lenguaje tuviese palabras en lugar de dedos, o dedos en la punta de mis palabras…, me envuelvo por hacer durar el comentario al que someto la relación] (Barthes, R., 1993)
Te extrañé y no sabía cómo decirlo, mi alma quedo en la angustia, en ese miedo irracional del que Giddens habla al decir “la angustia no tiene en cuenta el objeto, es un estado generalizado de las emociones del individuo, aumenta en base al desconocimiento del mundo externo y a la inversa disminuye ante mayor conocimiento”.
Eras mi mundo y aún no te conocía. De esta manera es el miedo del enamorado, completamente irracional, porque el amor no conoce de razón, la agonía se hace presente en el sujeto amoroso justo cuando pierde la convivencia con el ser amado, cuando las distancias aparecen y es irracional, porque estando enamorados no entendemos realmente a que le tememos, no sabemos si es a no escuchar su voz, a no tocar sus manos, a no saber cómo esta, a no escuchar un te amo o que nos olvide, etc.,
Y luego como por designo, tememos a no poder seguir amando y aun conociendo la razón del miedo seguimos con la angustia en el pecho ; nuestro miedo es a perder la comunicación y el romanticismo que surge a raíz de ella.
Cuando todo se ve perdido justo en el Kairos (el momento preciso) llegan los medios electrónicos y el enamorado entiende lo exterior desde el interior.
Entonces mediante la teoría de Vygotsky que explica que, “se basa en la interiorización de los aspectos que pasan a incorporarse, reestructurándolos al plano de la mente, es decir ver lo exterior y entenderlo en lo interior”(Becco, G., 2001) un te amo, un te quiero, un me encantas, ya no se dicen de la misma forma, ya no es necesario verle a los ojos para hacerle sentir escalofríos, para robarle sonrisas, ya no es necesario susurrar al oído, ¡no!, reestructuramos todo el proceso de la comunicación pero mantenemos constante el discurso amoroso, “el enunciado” del que hablaba Foucault es ahora el romanticismo.
Los medios que convergen en el ciberespacio, ganan territorio en la relación porque es a través de ellos de quienes ahora se lleva a cabo la mayor parte de la conquista, el código cambia, para placer de Baudrillard, todos mantienen el mismo código, el del amor, ya no es tanto lo que nos diga esa persona amada, nos volvemos una membrana que absorbe todo porque estamos enamorados e incluso un “hola” nos hace suspirar, nos dejamos llevar por el placer del que Lipovestky nos habla, compramos teléfonos celulares, y otros aparatos, descargamos aplicaciones, pagamos por ellas, por un simple placer, el de dar placer, nos enamoramos al enamorar, pero eso no es todo, nuestro lenguaje cambia, se enriquece a través de este concepto que perdura en la nueva forma de conquistar. "El hipertexto".
Nuestra identidad se apropia de estos nuevos códigos, los proporcionados por la “ciberpragmática” concepto introducido en la obra de Yus,F. “El uso del lenguaje en internet” (2001), “los límites de mi lenguaje son los límites de mi mente” (Wittgenstein, L.1947).
Pero esos límites no existen, no cuando amamos, hemos aprendido que un “emoticón” puede describir nuestro estado de ánimo, que con una imagen decimos lo que sentimos y no hay una ruptura en el romanticismo, sino una reformulación del mismo, al leer tomamos el consejo de Canudas, H. (2013)” no nos detenemos en lo que no entendemos, tratamos de descifrar e inferimos el significado por el contexto”.
Es aquí donde los medios electrónicos han tomado poderío en el amor, no por su valor económico, sino por su capital incorporado, ese que en palabras de Bourdieu, “no puede acumularse más allá de las capacidades de apropiación de un agente en particular; se debilita y muere con su portador”.
Los medios significan ahora comunicación, significan amor, significan interés, atención, etc., nosotros elegimos utilizarlos, este proceso de globalización en que estamos nos ha permitido muchas cosas, ir hasta su ventana y llevarle serenata ya no es tan importante, el nuevo enamorado ve en la hipermodernidad un romanticismo más cómodo, pero no por ello menos valioso, hacemos videollamadas, dedicamos canciones, compartimos “links”, lo electrónico se ha vuelto importante, porque es ahora una herramienta para tener más formas de decir te amo, ya no solo con cartas, o en persona, las redes sociales se tornan como una extensión de nuestras almas.
Aun con esto no caemos en el riesgo de perder la cultura, no, aún tenemos ese sentido cultural inculcado por los padres y los abuelos, no es un olvido de la cultura o de la tradición como del que hace mención Wolton, es una reformulación, es conservar de otros tiempos lo conservable.
Aún con tanto capital tecnológico a nuestra disposición, aun así, una carta de puño y letra mueve más el corazón del ser amado que cualquier publicación en Facebook, “tweet” en twitter o video en YouTube; el expresar al amor a la antigua no existe, porque para el amor no existe el tiempo. Lo importante es hacer sentir como lo diría Pulitzer.
“No me importa la distancia, me enamore aun sin poder abrazarle cada día, aun si mis labios no tocan los suyos mi alma se enamoró de la suya”.
Tercer palpitar: la ruptura de las barreras, para el amor no hay límites
“Nunca nos hemos visto en persona pero me enamoré, aun cuando somos de países diferentes,aún entonces nuestros corazones comparten el mismo mundo.”
El amor ha evolucionado en más de un contexto, muchos no lo entenderán, porque no son parte del juego como diría Clifford Geertz decía en su ensayo del juego profundo, que para ser parte de la sociedad en Bali debía conocer las reglas del juego de la riña de gallos, “solo al conocer las reglas puedes jugar”, así para el amor, solo estando enamorado puedes entender lo que significa estar inmerso en este proceso.
El enamorado no necesita de ver al ser amado en persona, Thompson hace referencia a la utilidad de los medios para expandir nuestras ideas, menciona que los medios nos acercan a otras realidades, en este punto los medios también expanden la realidad del amor.
Ahora podemos enamorarnos a distancia, no es necesario como antes conocer a la persona y luego seguir enamorado si esta se va, ¡no!, ahora mediante las redes nos enamoramos y tenemos amores cibernéticos que se sienten reales, porque así lo son, nuestro corazón no conoce de barreras solo ama.
Debido a la influencia de los medios y a la evolución de la sociedad, al llegar a nosotros el concepto de multiculturalismo junto con el de shopping, entendemos que los medios nos brindan la posibilidad de acercarnos a otras culturas y a través de eso nos surge el interés de las personas que hablan otros idiomas, y poseen rasgos distintos a los nuestros, pero como dijese Sun Tzu, lo importante es explicar antes de interpretar, por lo mismo nos acercamos a sus culturas, Sartori diría “somos una sociedad desmembrada”, porque convergen distintas culturas en una misma, pero el amor es multicultural, no respeta nada, si es necesario hablar inglés, francés o italiano, aprendemos solo para poder decir, “i love”, “je t’aime”, “ti amo”, si, el enamorado es multicultural y lo es porque la mejor forma de retomar parte de la cultura de otros y de conocerla, es cuando amamos, porque ahí al enamorarnos los prejuicios dejan de existir y la cultura que prevalece ante todo es la del romanticismo, en el sentido que sea.
Para el amor las barreras han caído y el aspecto multicultural solo nos da la pauta para más formas de amar.
“Le diré te amo aun cuando no hablemos el mismo idioma.”
Los latidos terminan aquí, se han unido los labios y corazón se paraliza
El ver la hipermodernidad desde la vista del enamorado, nos da una mirada un tanto utópica. Cuando amas intensamente todo es perfecto, no hay errores, la economía no va mal, porque el dinero para el enamorado es lo de menos, la moneda se ve devaluada ante los besos y las caricias y la economía se consolida entre el palpitar a ún mismo ritmo del corazón de los enamorados.
El romanticismo no se deteriora por el capital tecnológico, se apoya en para no desaparecer y para crear nuevas formas para expresar el amor, se usa ahora un lenguaje que no requiere del habla para enamorar, “el híper texto” basado en la reglas de la ciberpragmática, un texto que te conecta de una información a otra rápidamente esto es similar a lo que sucede al enamorarse y pasar de una emoción a otra.
Se da una multiculturalización que en lugar de hacer desaparecer la cultura, la reformula y permite a su vez reformular la identidad del enamorado.
Esta es entonces al punto de parecer cursi,idealista o romántico la mejor forma para entender la híper modernidad, a través del amor, quizás si todos nos enamoramos no solo de personas, sino de actos, de culturas, podríamos tener algo importante, un movimiento social como al que le apunta Touraine, uno consciente, pero donde al sujeto de acción argumente sus acciones en el discurso amoroso del romanticismo.
El motor primordial de la vida es el amor, así llegamos al mundo, ¿Por qué no permanecer en el de la misma forma?
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